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Goldilocks and the Three Bears With Audio and Picture answers
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Había una vez una niña que tenía un hermoso cabello de reizos dorados,
a quien todos llamaban Ricitos de Oro
Vivía en una casita con jardín muy cerca de un bosque verde.
Como le gustaba ayudar a sus padres,
un diá fue a buscar leña para hacer fuego.
Caminó durante mucho tiempo y se perdió en el bosque.
Finalmente, se encontró con una cabaña de troncos.
Como salía humo de la chimenea,
penso que debía de haber alquien en la casa
que pudiera ayudarla a encontrar el camino de regreso,
así que decidió tocar a la puerta.
Esperó un rato y cuando se dio cuenta
de que la puerta no estaba cerrada con llave, decidió entrar.
-Hay alguien en casa?
-preguntó desde el pasillo.
Como nadie contestó, decidió entrar a la cocina.
Sobre una mesa grande de madera había tres tazones:
un tazón grande, un tazón medicano, y uno pequeño
llenos de una rica y humeante avena con miel.
Como tenía mucha hambre, probó la avena del tazón grande,
pero estaba muy caliente.
Luego, probó la del tazón median, pero estaba fría.
Por último, probó la avena del tazón pequeño y,
como estaba tibia y muy sobrosa, se la comió toda.
Luego, entró a la sala y vio tres sillas y una estantería llena de libros.
Decidió descansar un rato y ler un libro mientras
llegaban los dueños de las casa.
una de las sillas era muy grande,
una era de tamaño mediano y la otra mas pequeña.
Ricitos de Oro fue a sentarse en la silla grande,
pero era tan alta que no alcanzaba a subrise.
Luego, se sentó en la sillar mediana, pero era demasiado ancha
y no muy cómoda.
Después, vio que la silla pequeña era perfecta,
pero se dejó caer en ella con tanta fuerza que la rompío.
Entonces decidió ir al dormitorio.
Allí encontró tres camas en fila:
una cama grande, una cama mediana y una cama pequeña.
Ricitos de Oro estaba tan cansada y tenía tanta sueño
que decidió acostarse en la cama grande, pero la encontró muy dura.
Luego, se acostó en la cama mediana, pero la encontro muy blanda.
Por último, se acostó en la cama pequeña y la encontró
tan cómoda que se quedó profundamente dormida.