La nutrición animal es una rama fundamental dentro de la producción ganadera, que incluye un análisis exhaustivo de la valoración de los alimentos, esenciales para la salud y productividad de los animales. Esta disciplina abarca varios aspectos críticos, especialmente los sistemas de valoración energética y proteica que juegan un papel vital en la optimización de la alimentación animal.
Los sistemas de valoración energética son cruciales para entender la compleja relación entre la ingesta de energía (E) y la productividad animal. Estos sistemas no solo permiten predecir los rendimientos productivos a partir de distintos niveles de ingestión de energía, sino que también facilitan el cálculo de la cantidad de energía necesaria para alcanzar rendimientos agrícolas específicos. Esta valoración energética es fundamental para maximizar la eficiencia en la producción ganadera.
Los principales objetivos de estos sistemas incluyen:
Cuantificación precisa del valor energético: Determinar el valor energético del alimento mediante una unidad sencilla y universal, lo que facilita su comparación.
Metodología de predicción: Establecer métodos de predicción del valor energético basado en características fácilmente determinables de los alimentos, como el contenido de fibra, grasa y proteína, que afectan la digestibilidad y la absorción de nutrientes.
Los sistemas actuales se sustentan en tres formas de energía:
Energía Digestible (ED): Corresponde a la energía que permanece después de la digestión de los alimentos.
Energía Metabolizable (EM): Es la parte de la ED que se puede utilizar para mantener la vida y para el crecimiento, actividad y reproducción.
Energía Neta (EN): Esta es la única forma que resulta realmente útil para el organismo animal, ya que se usa para mantener funciones vitales y para el rendimiento productivo, mientras que la mayoría de los sistemas valoran principalmente EM y EN.
Es esencial que las necesidades energéticas y el valor energético se expresen en las mismas unidades para facilitar la comparación y la toma de decisiones en la alimentación animal. Esto es crucial para adaptar la dieta a las necesidades específicas de los animales, mejorando su salud y productividad.
Por ejemplo, si un animal crece 1 kg al día y retiene 15MJ de energía, se pueden calcular las cantidades de alimento necesarias si dicho alimento tiene un valor energético de 5MJ/kg. En este caso, se requeriría un total de 3 kg de alimento para cubrir sus necesidades energéticas, lo que asegura un crecimiento adecuado y un óptimo rendimiento del animal.
Metodologías establecidas por organizaciones como el Agricultural and Food Research Council (AFRC) del Reino Unido, el National Academies of Sciences, Engineering and Medicine (NASEM) en Norteamérica, el National Research Council (NRC) en USA, y el Institut National de la Recherche Agronomique (INRA) en Francia, son utilizadas a nivel internacional para establecer estándares de valoración energética. Estas metodologías han sido validadas y ampliamente aceptadas en el ámbito científico y agrícola, garantizando la aplicabilidad y eficacia de las prácticas de alimentación.
Los sistemas de valoración proteica se enfocan en la importancia de los aminoácidos (AA) en la nutrición animal, diferenciando las necesidades metabólicas entre especies de monogástricos y rumiantes. Los monogástricos obtienen aminoácidos a partir de la hidrólisis de las proteínas de la dieta, mientras que los rumiantes, como vacas y ovejas, degradan y sintetizan proteínas en su rumen, lo que requiere un enfoque diferente en su alimentación.
Proteína Bruta: Se mide usando métodos como Kjeldahl, que cuantifican la cantidad total de nitrógeno, proporcionando una aproximación inicial del contenido proteico.
Proteína Digestible: Refleja la cantidad de proteína que realmente se puede absorber en el intestino delgado, ajustándose a la cantidad ingerida menos la excretada, lo que es vital para evaluar la eficacia de la dieta en términos de nutrición.
Varios métodos clásicos se destacan para evaluar la calidad de la proteína, incluyendo:
Balance de Nitrógeno: Método que mide el equilibrio entre el nitrógeno consumido y el excretado.
Valor Biológico: Determina la eficacia de la proteína para mantener la salud y producción animal.
Chemical Score: Evalúa la calidad de la proteína en función del contenido de aminoácidos esenciales que poseen importancia en el crecimiento y mantenimiento de los tejidos.
Los sistemas modernos de valoración proteica toman en cuenta diversos factores, tales como la degradabilidad de la proteína en el rumen, la eficacia en el uso de aminoácidos y la relación entre energía y nitrógeno disponible, optimizando así la dieta de los animales y promoviendo su salud y producción.
El PDI o Proteína Digestible en el Intestino es un componente clave para el mantenimiento de los rumiantes. Su cálculo requiere información sobre la cantidad de proteína degradable y no degradable en el rumen. Se analizará la influencia de la calidad de los alimentos y los aminoácidos en la capacidad de síntesis de proteínas corporales, lo que es vital para asegurar un equilibrio en la dieta del animal.
Por ejemplo, si una vaca necesita cierto nivel de proteína, es posible calcular cuánta proteína microbiana debe formarse en el rumen para satisfacer esas necesidades a partir de la proteína consumida en la dieta. También se considera la salud del rebaño y la calidad de los productos, como la leche y la carne, que son aspectos fundamentales de las demandas actuales en la alimentación animal.
Los sistemas de valoración energética y proteica son herramientas esenciales para el manejo eficiente de la nutrición animal. Comprender estos sistemas es fundamental no solo para optimizar la producción ganadera, sino también para garantizar la sostenibilidad de estos sistemas en el futuro, afrontando así los desafíos de alimentación global de manera responsable y eficiente.