El hombre y el Estado - 5. La carta democrática
En la Edad Media se intentó erigir la vida de comunidad sobre la fe teológica.
Se logró por algunos siglos, luego fracasó en el Renacimiento.
Ahora, el bien y el mal pasa de nuevo a ser de carácter terrenal.
Luego se intentó fundamentar la civilización sobre la razón, separada del Evangelio.
Fracasó como medio para unificar a la humanidad.
Se desvaneció en catástrofes contemporáneas.
La religión y la metafísica son partes esenciales de la cultura humana.
Si la democracia entra en la siguiente fase histórica con la suficiente inteligencia, no ignorará la religión.
Una democracia genuina implica un acuerdo de las opiniones y voluntades sobre las bases de la vida común.
"Debe contener un credo humano común, el credo de la libertad."
El error del liberalismo burgués del siglo XIX fue ser neutral con respecto a la libertad, no tenían un bien común pero tampoco un pensamiento común auténtico.
Una democracia genuina no puede exigir ni imponer ningún credo filosófico ni religioso.
Al hablar de fe secular, no hablamos de algo religioso.
Se relaciona con los dogmas prácticos que la mente humana puede querer justificar.
Las percepciones naturales básicas fueron despertadas y cultivadas por el Evangelio.
Los hombres que tienen opiniones diferentes pueden coincidir en la similitud analógica de los principios prácticos.
El cuerpo político tiene el deber que fomentar, a través de la educación, el credo humano.
No tiene derecho de imponer una misma forma de pensar.
¿Cuál sería el contenido de esta carta moral?
Derechos y libertades: de la persona humana, políticas, sociales, de la familia, entre grupos y el estado, gobierno del pueblo.
Igualdad, justicia, libertad, tolerancia.
No ejercería ninguna presión por parte de la mayoría.
En la Edad Media se intentó erigir la vida de comunidad sobre la fe teológica.
Se logró por algunos siglos, luego fracasó en el Renacimiento.
Ahora, el bien y el mal pasa de nuevo a ser de carácter terrenal.
Luego se intentó fundamentar la civilización sobre la razón, separada del Evangelio.
Fracasó como medio para unificar a la humanidad.
Se desvaneció en catástrofes contemporáneas.
La religión y la metafísica son partes esenciales de la cultura humana.
Si la democracia entra en la siguiente fase histórica con la suficiente inteligencia, no ignorará la religión.
Una democracia genuina implica un acuerdo de las opiniones y voluntades sobre las bases de la vida común.
"Debe contener un credo humano común, el credo de la libertad."
El error del liberalismo burgués del siglo XIX fue ser neutral con respecto a la libertad, no tenían un bien común pero tampoco un pensamiento común auténtico.
Una democracia genuina no puede exigir ni imponer ningún credo filosófico ni religioso.
Al hablar de fe secular, no hablamos de algo religioso.
Se relaciona con los dogmas prácticos que la mente humana puede querer justificar.
Las percepciones naturales básicas fueron despertadas y cultivadas por el Evangelio.
Los hombres que tienen opiniones diferentes pueden coincidir en la similitud analógica de los principios prácticos.
El cuerpo político tiene el deber que fomentar, a través de la educación, el credo humano.
No tiene derecho de imponer una misma forma de pensar.
¿Cuál sería el contenido de esta carta moral?
Derechos y libertades: de la persona humana, políticas, sociales, de la familia, entre grupos y el estado, gobierno del pueblo.
Igualdad, justicia, libertad, tolerancia.
No ejercería ninguna presión por parte de la mayoría.